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cómo cuidar la piel de un niño pequeño

Cada vez hay más niños afectados por piel sensible o piel atópica. Existen medidas de prevención y de cuidados para evitar los brotes de dermatitis atópica. La piel es la primera línea de defensa entre nuestro cuerpo y el exterior, y empezar a cuidarla desde la niñez asegura su salud en la vida adulta.


El cuidado de la piel es muy importante, porque la piel es en realidad nuestro órgano de mayor tamaño. Es la parte de nuestro cuerpo más expuesta a los agresores externos y es nuestra barrera protectora que defiende nuestro organismo del medio que le rodea, pues diariamente tiene que luchar contra el frío, calor, viento y contaminación.


La piel de un bebé o de un niño es suave, pero también es frágil y requiere de una mayor protección, sobre todo si estamos hablando de una piel más sensible que la normal. No es lo mismo limpiar y proteger una piel de un niño, que hacer lo mismo cuando se tiene 30 años.


Los niños pueden participar activamente en el cuidado de su piel si se les enseña unos hábitos sencillos en la aplicación de las cremas hidratantes o protectoras.

Limpiar, hidratar y proteger


Estas son las tres claves para el cuidado de la piel del bebé.




Es importante que la limpieza, la hidratación y la protección de la piel atópica siempre se debe realizar con productos que no afecten negativamente la piel. Hay que evitar jabones agresivos, exceso de perfumes o alcohol, parabenos, etc.

  • La aplicación correcta de una crema emoliente, después de la higiene, es importante para tratar eficazmente la dermatitis atópica. La crema emoliente refuerza la barrera cutánea, aporta flexibilidad y al mismo tiempo proporciona un efecto calmante.

  • La mayor parte de la exposición al sol se produce antes de los 20 años de edad. Proteger la vulnerable piel infantil del sol, supone reducir el riesgo futuro de cáncer de piel.

  • Deben llevar una crema con un factor de protección solar de al menos 15. Eso significa que el tiempo que tardará en quemarse es al menos 15 veces mayor que el que tardaría si no llevara la crema.

  • Lo mejor es vestir al bebé con una prenda de algodón tupida, pero fresca y clara. Los colores claros reflejan los rayos del sol y evitan que el niño pase calor.

  • La higiene de la piel es fundamental. Niños pequeños y grandes deben tomar baños breves, con agua tibia y jabón neutro con calidad humectante, que son discretamente ácidos y que respetan el manto lipídico de la piel para no agredirla por su uso frecuente.


Es común que los bebés tengan leves sarpullidos o enrojecimiento de la piel. Sin embargo, si es muy seguido o no desaparece en unos días, consulta con un médico.



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