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depresión posparto: cómo identificarla

La depresión y tristeza posparto es más común de lo que uno cree. Es importante que si eres o conoces a una mujer que acaba de dar a luz, sepas reconocer los síntomas de esta enfermedad y se acuda a un profesional para tratarla.


Independiente si es madre primeriza o no, si tuvo parto vaginal o cesárea, si tuvo un embarazo o parto fácil o difícil... la depresión posparto puede afectar a cualquier persona que dio a luz hace un tiempo relativamente corto. Los días o semanas posterior al nacimiento, el bebé puede ser agobiante, agotador y muy exigente para sus cuidadores. Lograr sobrellevar eso, sumado a los cambios físicos y alteraciones hormonales por los que está pasando el cuerpo en el puerperio, es difícil para muchas mujeres. Muchas mujeres experimentan sentimientos de tristeza luego del parto variando desde una pena breve a una depresión más profunda y duradera. Con el apoyo y tratamiento adecuado, la madre deprimida puede convertirse en una mujer feliz y sana, capaz de disfrutar la maternidad.





Los síntomas de la depresión posparto suelen manifestarse dentro del primer año del bebé.



¿Qué es la depresión posparto?


Es común que durante las primeras dos semanas del puerperio se presenten síntomas similares a los de una depresión: irritabilidad, tristeza, ansiedad, llanto fácil, insomnio y disminución de la concentración. Lo anterior suele llamarse "tristeza posparto". Sin embargo, cerca de un 10% de ese grupo mantiene o agrava esta condición, llevando a la depresión posparto.


Lo síntomas de esta afección surgen a raíz del nacimiento de un bebé, y pueden empezar a manifestarse dentro de los primeros 12 meses luego del parto. Los más comunes son los siguientes:


  • Sensación de tristeza profunda y ganas de llorar frecuentes.

  • Desesperación e inquietud constante.

  • Experimentar sentimientos negativos hacia el hijo.

  • Muy desanimada, cansancio extremo.

  • Ansiedad y/o ataques de pánico.

  • Sentirse inútil y sola.

  • Tener problemas para concentrarse.

  • Pérdida del apetito.

  • Dolor corporal o de cabeza.

  • Sentir que no es buena madre.

  • Aprensión extrema o, al contrario, perder el interés y preocupación por el bebé.

  • Sentirse agobiada, desesperanzada y superada por la situación.


Se cree que las causas de la depresión posparto están relacionadas con las fluctuaciones hormonales principalmente. Otros factores de riesgo que pueden llevar a una depresión posparto son los siguientes:


  • Antecedentes de depresión u otra enfermedad mental.

  • Depresión o ansiedad durante el embarazo.

  • Hechos estresantes durante el embarazo o posparto.

  • Red de apoyo insuficiente o inexistente.

  • Madre menor de 20 años.

  • Embarazo no planeado.

  • Consumo de alcohol y otras drogas.


La falta de diagnostico y tratamiento puede concluir en problemas como destete precoz, dificultad en establecer la lactancia materna, formación de un apego inseguro, retraso del desarrollo psicomotor del bebé, entre otros.



Hábitos que pueden ayudar


Si la nueva mamá mantiene estos sentimientos y estado anímico de alta intensidad varias veces al día, varios días a la semana por más de dos semanas, se debe acudir a un especialista. Con el tratamiento adecuado, la mujer podrá recuperarse y empezar a disfrutar su vida y maternidad.


Además del tratamiento, se pueden llevar a cabo ciertas prácticas diarias que ayudan a mantener un estilo de vida saludable y que propician una mente libre de enfermedades.


  • Comunicar a quienes le rodean sobre lo que siente.

  • Mantener una dieta alimenticia equilibrada y saludable.

  • Realizar ejercicio físico regular.

  • Descansar lo suficiente.

  • Delegar, pedir ayuda a seres queridos.

  • Dedicar tiempo para ti misma.

  • Mantener la vida social.

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